Un buen profesor debe tener el conocimiento y la experiencia para enseñar a otros. Es necesario que sea competente en la materia, pues no podemos aprender de alguien que simplemente no maneja el tema.
El profesor además debe ser capaz de comunicar y transmitir claramente lo que sabe. Ha de tener su material ordenado de forma tal que pueda ser comprendido y utilizado eficientemente por los alumnos.
Pero quizás lo más importante es que los profesores demuestren pasión y entusiasmo por su trabajo y por lo que enseñan. Es de vital importancia, pues la pasión tiene el poder de inspirar.
Una cosa son las competencias y atributos del profesor que bien pueden hacerlo competente para el trabajo, y otra muy distinta es la capacidad de afectar y cambiar positivamente la vida de sus estudiantes -su forma de pensar, de analizar, de trabajar o de afrontar los problemas.
Recordemos a nuestros profesores favoritos. ¿Qué hicieron distinto? No se conformaron simplemente con explicar un tema pasando una lámina tras otra. Enseñaron habilidades aplicables en cualquier tiempo o contexto. Forjaron relaciones de confianza y entendimiento. Fueron más allá y motivaron a sus estudiantes a rebasar su potencial. Los hicieron entender que siempre se puede ser mejor… y en este proceso ellos mismos entendieron que enseñar y aprender son dos cosas que se pueden y que se deben hacer al mismo tiempo.
Siguiendo las sabias palabras de William A. Ward:
“El educador mediocre habla. El buen educador explica. El educador superior demuestra. El gran educador inspira.”
Hagamos esa idea una realidad en Teachlr.
Excelente reflexión Natalia, saludos al equipo Teachlr.
Muchas gracias, Pedro. Saludos.
Gran inspiración!!!?
Gracias por inspirarnos a inspirar…..
¡Gracias, Martha!