¡Estudiar sin estrés es posible con estos sencillos Tips!

En Teachlr creemos que todos tenemos algo que aprender y algo que enseñar. Por eso, fuimos a la Universidad Metropolitana de Caracas y le propusimos a los estudiantes de la asignatura “Tecnologías para el aprendizaje” que escribieran para nuestro blog. Esto es lo que Miguel Vidal nos brinda.

 

¿Quién no ha tenido los niveles de ansiedad en la estratosfera cuando debe entregar un reporte final, tres exámenes y una exposición en la misma semana? Seguramente un unicornio azul, pero nosotros, los estudiantes, tenemos la tendencia a presentar diferentes niveles de estrés en momentos como esos.

Reflexionando un poco, planteo aquí algunas sugerencias para intentar ayudar a algún compañero, quién, como yo, sufra de estrés en esta etapa y evite buscar cualquier respuesta en la web, que muchas veces podría generarle mayores angustias.  

Estas sugerencias las dividiré en dos aspectos importantes a tomar en cuenta: tiempo y actitud. En la primera, ofreceré tips para organizarse y, en la segunda, brindaré algunos consejos para evitar sentirse tan agobiados ante los desafíos que supone esta etapa.

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Tiempo… ¡oh, el tiempo!

1. Organízate.

Sí, sé que esto te lo han repetido más veces que el total de errores cometidos en matemática por colocar mal un signo, es decir demasiadas veces. Pero este punto es crucial. No hablo, sin embargo, de organizarte la vida, el cuarto o quizá una relación amorosa. No,  hablo de organizar tu tiempo.

Este punto es crucial. Te facilitará muchas cosas y te permitirá moverte y verdaderamente disfrutar de la edad en la cual estamos. Además, con las actividades académicas dentro y fuera de la universidad organizadas,  organizar tu vida social y amorosa, será pan comido.

Piénsalo, si no te ves en la situación de no haber estudiado para el examen porque estaba de fiesta con los amigos, eliminarás buena parte del estrés que esa evaluación te provocaría. Para todo hay tiempo si te organizas bien. Tener menos estrés lo vale.

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2. Comprende tus capacidades.

Es necesario conocer tus límites y de esta forma facilitar la organización mencionada en el punto anterior. Conociendo tus capacidades, no harás estimaciones equivocadas como: “Sí a Juan le tomó dos días hacer este ensayo, debería a mi tomarme lo mismo.” No, Juan podría tener capacidades distintas a las tuyas, pudiendo éstas ser mayores o menores.

Eres un individuo único, con fortalezas y debilidades. Conocerlas forma parte de la clave del éxito y de la tranquilidad. Al tenerlas claras, no cometerás errores de cálculo y las actividades asignadas podrás realizarlas apropiadamente en el tiempo necesario.

3. Prevé.

Con los puntos anteriores ya hay un gran avance. Ya renunciaste a dejar todo para última hora y  ya  tienes un horario mental que facilita jugar con tu tiempo. Pero también es importante crearse un margen de error, por si surgen imprevistos con fechas y horas de entregas.

Muchos vivimos en ciudades congestionadas y el tiempo se complica.  Así que si debes hacer una entrega planifica su elaboración y tenla lista al menos con 24 horas de antelación, lo cual te permitirá incluso poder corregir los últimos errores con calma, buscar un lugar alternativo para imprimir porque tus equipos fallaron, etc.

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4. Descansa

Dedica tiempo a las actividades, sin que implique gran agotamiento para ti. En primer lugar,  porque cansados no podremos disfrutar de lo que hacemos. En segundo lugar,  porque nos haría perder tiempo de veras eficient y útil.

Descansar es fundamental para que nuestro cuerpo y mente respondan ágilmente a nuestras exigencias. Así, que en vez de hacer el trabajo en 8 horas seguidas un día antes de la entrega, es mejor dedicar dos horas diarias durante cinco días antes de la entrega. De este modo, descansarás, estarás más relajado y menos estresado.                        

5. Enfócate

Si vas a dedicarte a hacer ese informe que tienes pendiente, debes estar solo concentrado en ello. No accedas a las redes sociales y todo lo que signifique distracción (sí, un minuto de revisión de Facebook puede convertirse en horas sin darnos cuenta). De esta manera, seguro dedicarás tiempo de calidad suficiente para concluir con propiedad tu actividad. Además,  al trabajar enfocados  podemos regalarnos más tiempo para el ocio y reduces también tu margen de error.

Ahora bien, es posible que el trabajo sea complicado y ello te genere una buena dosis de estrés, produciéndote un bloqueo mental. De ser así, es recomendable que hagas un espacio dentro del tiempo de estudio organizado para distraerte, para realizar consultas, etc. Realizar alguna actividad física como correr o hacer ejercicios de estiramiento suelen ayudar a levantar el bloqueo y ayudan a mirar los obstáculos desde otros ángulos al retomar el trabajo.

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Actitud (todo es cuestión de actitud).

1. Hazlo por qué quieres, no porque debes.

Cuando realices una tarea, hazla con ganas, porque quieres.  Se supone que deseas aprender de ella. Aun si no te agrada, seguro algo te aportará.  Aunque consideres que la actividad no tiene mucho que ver con tus planes a largo plazo, seguro un poco de cultura general siempre nos vendrá bien. Pero además, te ayudará a desarrollar competencias que con seguridad te serán muy útiles en las áreas que sí son de tu interés.

Si haces las actividades con desgano u obligado será lo mismo que jugar un partido de fútbol estando exhausto antes de empezar. El proceso para cumplir el objetivo, en este caso hacer un gol, será mucho más difícil que si no se estuviera cansado. Recordemos que tener estudios en los distintos niveles es un privilegio que muchos desean y no pueden. Así que llénate de ganas y conviértete en protagonista de tu aprendizaje.  

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2. Date tu tiempo

Dentro de tu horario, saca también tiempo para ti. En ese tiempo libre relaciónate, sal al aire libre, diviértete. De lo contrario, las tareas se harán mucho más pesadas. Interactuar con el mundo que nos rodea nos permite observar a los demás y, por qué no, recrear  los sentidos.

Muchas veces nos sentimos agobiados por el exceso de trabajo y al observar el entorno nos vienen ideas que nos ayudan a cumplir las metas. Quejarse no completa las tareas, tan sólo crea un ambiente aburrido y ralentiza nuestro desempeño. Compartir con los amigos las vivencias, hace que drenen las emociones de manera correcta y hasta podrías encontrar una buena sugerencia para hacer mejor tu trabajo.

3. No te detengas

Si, sin darte cuenta, cometiste un error de organización y se te han acumulado varias tareas pendientes, no te enfoques en el error y en lo que no hiciste, concéntrate en no detenerte. Lamentarse ya no tiene caso, así que seguir adelante es la única opción.

Aunque pienses que no podrás, sigue sin detenerte, aunque que solo vayas a terminar  uno de los trabajos en el tiempo previsto. Siempre es mejor acabar uno bien, que no acabar ninguno de los dos o hacer ambos mediocremente. Y seguramente con experiencias de este tipo aprenderás la lección, tratada en puntos anteriores.

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4. Disfruta.

Así es, disfruta de esta época de alta exigencia, época que -dicen los mayores- es única. Aunque tengas que madrugar todo el tiempo, al final esto también forma parte del aprendizaje. Ser estudiante no es sólo academia, también es enseñanza de valores y buenos hábitos, que nos darán éxito en nuestra vida laboral futura. Piensa que la mayoría en esta época no nos preocupamos por muchas cosas de la vida adulta y medita en que muchos compañeros además de estudiar deben trabajar y su carga es doble.

Muchos dicen que ser estudiante, es sufrimiento. Y aunque eso pudiera tener algo de verdad, vale la pena. Nos entrenamos para ser mejores y vencer la sombra de la ignorancia. Nunca dejemos de estudiar y aprender. Reconoce que estudiamos porque nos queremos graduar y esperamos ese momento que no se da solo.  Así que bienvenido ese sufrimiento porque disfrutaremos la graduación, pero andemos ese camino con un poco menos de estrés.

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