Obtener un buen trabajo en una compañía y alcanzar estabilidad es la meta de muchos jóvenes profesionales que ingresan al mercado laboral. Sin embargo, otros se arriesgan y emprenden algo propio buscando resolver necesidades.

En febrero de 2011, Rubén y Moisés, amigos de infancia, deciden invertir todos sus ahorros, renunciar a sus trabajos y dejar a un lado la seguridad laboral. Había llegado el momento de emprender y dedicarse a su pasión de conectar personas que quisieran enseñar y aprender.

Nace la idea

Los dos amigos, Rubén, ingeniero en sistemas, y Moisés, ingeniero en telecomunicaciones comparten un claro interés por la tecnología. Desde muy jóvenes, dedicaban mucho tiempo para hablar sobre productos, startups, páginas web y aplicaciones móviles de vanguardia.

Rubén en su antiguo proyecto de clases a domicilio sobre computación básica, identificó la necesidad que existía de aprender de forma personalizada y sencilla desde la comodidad del hogar. Moisés, Project Manager en una compañía telefónica, coincide con la idea de que en el mercado hay una población que demanda asesoría rápida y asequible.

Nace Teachlr, un proyecto que une la tecnología con la educación. Una plataforma online que permite a expertos e instituciones vender o compartir gratuitamente su conocimiento online.

Un paso a la vez

Instalados en la casa de Rubén, los dos amigos empiezan a sentar las bases de la nueva empresa. Diseñan la página web entre pizarras y papeles, compran el dominio teachlr.com y se reúnen con muchos expertos para buscar consejos. Ahí comienza el desarrollo de la versión Beta.

Luego de un arduo trabajo de investigación, Rubén y Moisés expanden la idea original. Ya no se trataría sólo de consultorías, sino también de crear perfiles profesionales, de consolidar un verdadero mercado en el cual los usuarios pudieran interactuar con los instructores y valorar su desempeño.

Persistencia y confianza

Después de unos meses sin obtener apoyo financiero, Moisés y Rubén reciben el voto de confianza que necesitaban. Cuando realizan la compra de los servidores dedicados, no sólo obtienen los instrumentos, sino también su primer inversionista importante quien conoce sobre Teachlr y decide apoyar el proyecto. Tiempo después y luego de una ardua búsqueda, los dos amigos logran armar un equipo compuesto por talentosos profesionales. La empresa continúa creciendo y en octubre de 2012 los jóvenes finalmente adquieren una pequeña oficina.

Aprender haciendo

Teachlr ha sido y será un emprendimiento acompañado de errores, influenciado por paradigmas y abierto a la innovación, actitud que nos fortalece y nos motiva a seguir trabajando.

Este camino no termina con el lanzamiento de una nueva aplicación o un producto. Éste es sólo el comienzo.

Aprende. Enseña. Conecta.

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